Evolución de los catálogos astronómicos: de las listas antiguas a las bases de datos con miles de millones de estrellas
La humanidad aprendió a cartografiar el cielo paso a paso, desde las constelaciones visibles a simple vista hasta los objetos ocultos en las profundidades del espacio. Hoy en día utilizamos una gran variedad de catálogos astronómicos para orientarnos entre las estrellas. En este artículo veremos qué son estos catálogos, por qué existen tantos y cómo pueden ser útiles incluso para un observador aficionado. Para encontrar en el cielo los objetos de los catálogos, usa la aplicación gratuita Sky Tonight: escribe la designación del catálogo y la app te mostrará dónde mirar.
Contenido
- ¿Qué es un catálogo astronómico?
- Las primeras listas de estrellas
- Catálogos básicos de cielo profundo: M, C, NGC, IC
- Catálogos astronómicos avanzados
- SIMBAD: “una lista para gobernarlas a todas”
- Consejos prácticos: cómo usar los catálogos astronómicos
- F.A.Q.
- Catálogos astronómicos: resumen rápido
¿Qué es un catálogo astronómico?
Un catálogo astronómico es una lista organizada de objetos celestes que incluye sus nombres, coordenadas y datos básicos como brillo, tipo, ubicación, etc.
A diferencia de un atlas, que muestra visualmente dónde aparecen los objetos en el cielo, un catálogo funciona como una base de datos de referencia usada para identificarlos, medirlos y compararlos. Cada observatorio, telescopio y misión espacial depende de los catálogos para apuntar, rastrear y calibrar con precisión.

Las primeras listas de estrellas
Mucho antes de los telescopios modernos, los observadores agrupaban las estrellas en patrones y los registraban por escrito.
- Hiparco (siglo II a. C.) elaboró la primera lista cuantitativa conocida e introdujo las magnitudes estelares (de la 1.ª a la 6.ª).
- Ptolomeo (siglo II d. C.) publicó el Almagesto con unas 1 020 estrellas (las fuentes varían ligeramente), que se convirtió en la base de la astronomía occidental durante siglos.
- En la Edad de Oro islámica, al-Sufi (siglo X) refinó posiciones y brillos en El libro de las estrellas fijas, añadiendo dibujos y correcciones.
Estos catálogos se centraban en estrellas visibles a simple vista, no en los débiles objetos “difusos” que más tarde definirían la observación de cielo profundo.

Catálogos básicos de cielo profundo: M, C, NGC, IC
Con la invención del telescopio, los astrónomos descubrieron miles de luces ocultas, invisibles al ojo humano. Cada nuevo hallazgo necesitaba un lugar en los registros — así comenzó la era de los catálogos astronómicos modernos.
Messier y Caldwell: catálogos de los objetos más brillantes de cielo profundo
En el siglo XVIII, el astrónomo francés Charles Messier buscaba cometas. Con pequeños telescopios veía manchas tenues e inmóviles. Los cometas suelen moverse, pero estas manchas no lo hacían. Para evitar falsas alarmas, comenzó a enumerar los objetos confusos, creando una práctica “lista de no seguir” para cazadores de cometas. La primera edición (1774) incluía 45 objetos. Seis años después, la lista ya había duplicado su tamaño, y para 1781 contenía 103 objetos. La versión moderna, usada por los astrónomos aficionados y conocida como Catálogo Messier, incluye 110 objetos.

Entre las entradas de Messier se encuentran:
- Galaxias (por ejemplo, M31 – Galaxia de Andrómeda)
- Cúmulos globulares (por ejemplo, M13 en Hércules)
- Cúmulos abiertos (por ejemplo, M45 – las Pléyades)
- Nebulosas de emisión (por ejemplo, M42 – la Nebulosa de Orión)
- Nebulosas planetarias (por ejemplo, M57 – la Nebulosa del Anillo)
El catálogo de Messier es un mapa básico para los principiantes que buscan los objetos de cielo profundo más brillantes del hemisferio norte. Muchos aficionados participan en el Maratón Messier, un evento anual en marzo o abril en el que intentan observar tantos objetos M como sea posible en una sola noche. Es tan popular que hemos preparado una guía para triunfar en el Maratón Messier: por dónde empezar, cómo terminar y qué llevar.
Si analizas con atención el Catálogo Messier, notarás que favorece el hemisferio norte. Messier observaba desde París, por lo que solo podía ver estrellas y nebulosas que se elevaran lo suficiente sobre su horizonte, aproximadamente las situadas al norte de los 35° S. Por eso los espectaculares objetos del cielo austral, como las Nubes de Magallanes o el cúmulo Omega Centauri, no aparecen en su lista.
En 1995, el astrónomo británico Patrick Moore propuso un catálogo como complemento moderno de la lista de Messier, destacando objetos brillantes de cielo profundo que Messier no había incluido — en especial los del hemisferio sur. Quiso que el nombre siguiera la misma lógica que el de Messier (M), usando la inicial del autor. Pero como la “M” ya estaba tomada, eligió la “C”, de Caldwell, el apellido de soltera de su madre. Así nació el Catálogo Caldwell, con objetos designados como C1, C106 y así sucesivamente.

Patrick Moore ordenó los objetos por declinación, es decir, según cuán al norte o al sur aparecen en el cielo. Por eso la numeración va de norte a sur, no por orden de descubrimiento ni de brillo. La idea de Moore era facilitar a los observadores de ambos hemisferios la planificación de los objetos visibles desde su latitud.
Catálogos para observadores avanzados y astrofotógrafos: NGC e IC
A medida que los telescopios mejoraban, los astrónomos descubrieron miles de nebulosas y cúmulos invisibles al ojo humano. El Nuevo Catálogo General (NGC), publicado en 1888 por el astrónomo danés-irlandés J. L. E. Dreyer, se basó en gran parte en los estudios sistemáticos de William y John Herschel, quienes pasaron décadas escaneando el cielo con grandes telescopios reflectores. El catálogo incluyó 7 840 objetos, describiendo su aspecto y posiciones aproximadas. Posteriormente se amplió con dos Catálogos Índice (IC, 1895–1908), alcanzando más de 13 000 entradas. Estos catálogos se convirtieron en la columna vertebral de la astronomía profesional y amateur: incluso hoy, muchas galaxias, cúmulos y nebulosas son conocidas principalmente por sus números NGC.
Catálogos astronómicos avanzados
Con cada avance tecnológico, los astrónomos pudieron observar más profundamente el cosmos, capturando estrellas y otros objetos espaciales que los telescopios anteriores no podían revelar.
Inspirados por la revolución fotográfica: HD, BD, BSC
A finales del siglo XIX, la astronomía entró en la era fotográfica. Las placas de vidrio permitieron capturar amplias regiones del cielo con una precisión sin precedentes: una sola exposición podía revelar miles de estrellas invisibles a simple vista.
- El proyecto pionero de esa época fue el Bonner Durchmusterung (BD), realizado en Bonn, Alemania. Catalogó unas 324 000 estrellas hasta magnitud 9–10. Más tarde, extensiones como el Córdoba Durchmusterung en Argentina y el Cape Photographic Durchmusterung en Sudáfrica ampliaron la cobertura al hemisferio sur, alcanzando un total de unos 1,5 millones de estrellas y logrando por primera vez un mapa completo del cielo. Estos estudios transformaron los catálogos estelares de miles a millones de entradas, sentando las bases de todas las bases de datos estelares modernas.
A comienzos del siglo XX, la atención se desplazó de las posiciones a las propiedades físicas. Los astrónomos empezaron a registrar no solo dónde estaba una estrella, sino también qué tipo de estrella era: su color, temperatura y espectro.
- El Catálogo Henry Draper (HD), completado en el Observatorio del Harvard College, asignó tipos espectrales a 225 300 estrellas, definiendo el sistema de clasificación estelar (O–B–A–F–G–K–M) que aún se usa hoy.
- Para las estrellas más brillantes y cercanas, el Catálogo de Estrellas Brillantes (BSC) ofreció datos detallados sobre posiciones, magnitudes y tipos espectrales, una referencia concisa que sigue siendo ampliamente utilizada.
Esta revolución fotográfica cambió no solo la forma en que trabajaban los astrónomos, sino también cómo percibimos el Universo. Para visualizar esta transformación — desde las primeras imágenes telescópicas hasta la fotografía espacial moderna — consulta nuestra infografía.

Astrometría espacial: HIP, TYC, Gaia
Con el avance tecnológico más allá de las placas fotográficas, los astrónomos recurrieron al espacio para lograr mayor precisión. Las observaciones terrestres estaban limitadas por la atmósfera terrestre, que distorsionaba las posiciones estelares. Para superar esto, la Agencia Espacial Europea lanzó misiones dedicadas a la astrometría, la medición precisa de posiciones y movimientos estelares.
- El satélite Hipparcos (activo entre 1989 y 1993) fue la primera misión espacial dedicada a la astrometría, midiendo posiciones y distancias precisas para unas 118 000 estrellas. Las estrellas de este catálogo se identifican con el prefijo HIP (por ejemplo, HIP 70890 — Alfa Centauri A).
- Los catálogos Tycho relacionados (publicados en 1997 y 2000) se derivaron de datos secundarios de Hipparcos, ampliando el estudio a unas 2,5 millones de estrellas. Sus entradas se designan como TYC, por ejemplo TYC 7380-653-1.
- La misión Gaia, lanzada en 2013 y aún en curso, continúa este trabajo a una escala sin precedentes, mapeando la Vía Láctea en 3D. Actualmente incluye alrededor de 1,8 mil millones de estrellas, registrando sus posiciones, brillos, movimientos y propiedades físicas.

SIMBAD: “una lista para gobernarlas a todas”
Con la multiplicación de catálogos, el mismo objeto celeste a menudo aparecía con diferentes nombres. Por ejemplo, la Galaxia de Barnard figura como NGC 6822, IC 4895 y Caldwell 57. Para mantener estas correspondencias, los astrónomos utilizan la base de datos SIMBAD (Set of Identifications, Measurements, and Bibliography for Astronomical Data), mantenida por el Centre de Données astronomiques de Strasbourg (CDS).
SIMBAD actúa como un índice universal que cruza referencias entre docenas de catálogos — desde los clásicos como Messier, NGC e IC hasta los modernos (2MASS, SDSS, Gaia). Cada entrada reúne:
- Todos los identificadores conocidos (nombres en distintos catálogos);
- Coordenadas y datos físicos;
- Referencias bibliográficas a artículos científicos.
Si encuentras varios nombres para lo que parece ser el mismo objeto, SIMBAD confirma si realmente lo es y muestra cómo aparece en distintos catálogos y misiones — en esencia, es un “quién es quién” del cielo.
Consejos prácticos: cómo usar los catálogos astronómicos
Los catálogos astronómicos no son solo para profesionales: pueden ser tu propia lista de verificación del cielo, guiando tus sesiones de observación y ayudándote a identificar lo que ves. Aquí te explicamos cómo aprovecharlos:
- Empieza con los objetos del catálogo Messier si eres principiante. Son brillantes, fáciles de localizar y lucen espectaculares en fotografías.
- Añade Caldwell para explorar los objetos destacados del hemisferio sur o fuera del listado Messier.
- Usa los catálogos NGC/IC cuando estés listo para observar objetos de cielo profundo más tenues y desafiantes que requieren cielos oscuros o equipos más avanzados.
- Si te interesan las propias estrellas, sus tipos o propiedades, consulta los catálogos HD y BSC para conocer su clasificación espectral y datos clave.
- Para estudiar las posiciones y distancias estelares, recurre a Gaia.
- ¿Necesitas identificar o comprobar un objeto en varios catálogos? Usa SIMBAD — conecta los principales catálogos y te permite encontrar todos los nombres asociados a un mismo objeto.
Una vez que sepas qué objeto del catálogo quieres observar, una de las formas más sencillas de localizarlo es con aplicaciones astronómicas.
- Star Walk 2 es ideal para la exploración visual: incluye los principales catálogos mencionados aquí, como Messier, NGC, HIP, HR y HD.
- Si quieres ir más allá, Sky Tonight ofrece una experiencia de observación más avanzada, combinando Messier, Caldwell, NGC/IC, HIP, HD y Tycho-2, junto con docenas de catálogos adicionales de nebulosas, cúmulos y galaxias.
Puedes usar tanto Star Walk 2 como Sky Tonight para localizar objetos de catálogo en el cielo real: simplemente escribe el nombre o ID del objeto (por ejemplo M42, NGC 869 o C106), y la app te mostrará dónde y cuándo observarlo.
F.A.Q.
¿Los catálogos astronómicos son solo para astrónomos profesionales?
¡En absoluto! Algunos catálogos, como Messier y Caldwell, fueron creados específicamente para la observación visual — destacan objetos brillantes y fáciles de localizar que lucen increíbles incluso con pequeños telescopios o binoculares. Son el punto de partida perfecto para principiantes. Los catálogos profesionales como NGC, HD o Gaia van más allá, ofreciendo datos detallados utilizados en la investigación científica.
¿Cuál es la diferencia entre Messier y NGC?
Messier incluye 110 objetos clásicos y brillantes del cielo norteño. NGC/IC, en cambio, reúne decenas de miles de objetos en todo el cielo, y es ampliamente usado tanto en la investigación profesional como por astrónomos aficionados avanzados.
¿Cómo saber qué catálogo estelar debo usar?
Si observas visualmente, comienza con Messier o Caldwell — resaltan los objetos de cielo profundo más brillantes y conocidos. Para galaxias y nebulosas más tenues, usa los catálogos NGC/IC. Para aprender sobre estrellas individuales, consulta los catálogos HD o BSC, que incluyen tipos espectrales y propiedades físicas. Para obtener distancias y movimientos precisos, confía en Gaia o Hipparcos. Y si necesitas relacionar nombres entre catálogos, SIMBAD es tu referencia universal.
¿Cómo saber qué objetos son visibles desde mi latitud?
Cada catálogo estelar cubre una parte diferente del cielo. Por ejemplo, la lista de Messier fue creada en París e incluye principalmente objetos del hemisferio norte, mientras que el catálogo Caldwell añade muchos destacados del sur. Catálogos como NGC/IC, HD o Gaia abarcan todo el cielo, pero lo que puedes ver depende de tu latitud — algunos objetos nunca se elevan sobre tu horizonte local. Para saber qué objetivos de cualquier catálogo son visibles esta noche, abre la aplicación Sky Tonight. Filtra automáticamente el cielo según tu ubicación y hora, mostrando qué objetos Messier, Caldwell o NGC están sobre el horizonte en ese momento.
Catálogos astronómicos: resumen rápido
Los catálogos astronómicos son mapas y registros del cielo nocturno — desde las listas antiguas visibles a simple vista hasta las modernas bases de datos con miles de millones de estrellas. Hoy, este legado vive en múltiples formas: Messier y Caldwell guían la vista hacia los objetos más brillantes; NGC/IC cartografían las profundidades de galaxias y nebulosas; misiones astrométricas como Gaia miden con precisión las posiciones y movimientos estelares; y SIMBAD los une a todos, enlazando cada nombre y conjunto de datos en un único índice cósmico. Con Sky Tonight, puedes explorar los objetos de estos catálogos en tu propio cielo — siglos de astronomía al alcance de tu mano.
¡Cielos despejados y felices observaciones!