El 60º aniversario del vuelo espacial de Belka y Strelka

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Tal día como hoy, hace 60 años las perritas Belka y Strelka se convirtieron en los primeros seres vivos que realizaron un vuelo orbital y volvieron a la Tierra a salvo. En este artículo recordamos estos animales extraordinarios y revelamos los hechos más interesantes sobre su viaje por el espacio.

Además, puedes mirar nuestro video que incluye algunas secuencias raras de los cosmonautas caninos. Haz clic aquí para ver el video.

La historia detrás del vuelo

A finales de los años 50, la URSS estaba preparada para enviar al primer ser humano al espacio. Sin embargo, los científicos soviéticos tenían que asegurarse de que unos seres vivos podían sobrevivir tal vuelo. Por esta razón decidieron que los mejores amigos del hombre, los perros, allanarían el camino para la gente al espacio.

En 1957 bajo la dirección de Sergei Korolev, el diseñador principal de las naves espaciales en la URSS, los científicos seleccionaron 12 perros extraviados y comenzaron a ejercitarlos para sus viajes futuros. Las sesiones de entrenamiento intensivas tomaron varios meses; los perros estaban entrenados para vivir en los espacios confinados, aguantar una aceleración extrema y comer los alimentos de tipo gelatina que fueron entregados por un distribuidor automático. Durante el proceso los especialistas de capacitación desarrollaron relaciones estrechas con los perros y llegaron a conocerlos muy bien.

Belka (“blanquita”) y Strelka (“flechita”), las perras hembras de 2,5 años, fueron entre los perros que desempeñaron su papel perfectamente en la capacitación. Fueron seleccionadas para realizar un vuelo de 1 día alrededor de la Tierra en la nave espacial Sputnik-5.

Las cosmonautas caninas

El 19 de agosto de 1960 Sputnik-5 con dos perras a bordo fue lanzado desde el Cosmódromo de Baikonur. Durante el lanzamiento el pulso de las perritas y su frecuencia respiratoria aumentaron, pero cuando la nave espacial alcanzó la órbita de la Tierra Belka y Strelka se calmaron lentamente. La condición de las “perras astronautas” fue controlada y analizada por unos dispositivos especiales que medían la presión arterial, el ritmo cardíaco, la actividad cerebral y muchos otros parámetros. Todo esto se hizo para proteger a las perritas y aprender cómo las tensiones del vuelo espacial podrían afectar a seres humanos. La nave espacial estaba equipada con una cámara de televisión que enviaba imágenes de las perras a la Tierra.

A propósito, Belka y Strelka no estaban solas en su cápsula. Sputnik-5 llevaba ratones, insectos, plantas, semillas, hongos y microbios también.

En definitiva, el vuelo estuvo bastante bien. Después de las tensiones del lanzamiento las perras estaban tranquilos la mayor parte del tiempo y disfrutaron de su comida. Según los sistemas de control, la exposición a la ingravidez no les molestó tampoco. Sólo había un momento inquietante (después de que la nave giró alrededor de la Tierra por cuarta vez) en el que Belka de pronto se puso muy ansiosa y comenzó a ladrar – se sintió mal por alguna razón desconocida. Debido a este accidente los científicos decidieron limitar el vuelo de Yuri Gagarin – el primer ser humano en el espacio – con sólo una vuelta alrededor de la Tierra.

Después del vuelo

El 20 de agosto de 1960 Sputnik-5 aterrizó con éxito después de orbitar 17 veces alrededor de la Tierra. Belka y Strelka pasaron más de 25 horas en el espacio y cubrieron una distancia de 700 mil kilómetros. Después del aterrizaje las perritas se sintieron bastante bien; las pruebas médicas no mostraron anomalías tampoco. Por lo tanto, Belka y Strelka se convirtieron en los primeros seres vivos que habían sobrevivido un vuelo orbital.

Varios meses después del vuelo, Strelka dio a la luz a 6 cachorros sanos. Una de ellos llamada Pushinka (“La Esponjosa”) fue entregada como un regalo al Presidente de los Estados Unidos John Kennedy. Después de su llegada a los Estados Unidos Pushinka se estableció en la Casa Blanca y dentro de poco tuvo cachorros con un terrier galés Charlie que también vivía con la familia Kennedy. Estos cachorros fueron apodados “pupniks” como una referencia a su madre soviética.

Belka y Strelka vivieron el resto de sus vidas en uno de los institutos soviéticos. La gente por todo el mundo siempre recordará su vuelo heroico que contribuyó a nuestro conocimiento del espacio y allanó el camino al espacio para el hombre.

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